De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Foto/Photo: IR/SPI, 1911

Amanayé

Autodenominación
¿Donde están? ¿Cuántos son?
PA 174 (Sisai/Sesai, 2017)
Familia linguística
Tupi-Guarani
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Amanagé constituye la autodenominación actual de los indígenas que habitan en el curso alto del río Capim, más conocidos como Amanayé. El nombre significaría "asociación de personas" y aparece en las fuentes bajo las variaciones Manajo y Amanajo. Una parte de los Amanayé habría asumido el nombre Ararandeuara, en referencia al arroyo cerca del cual habitan.

Idioma

La lengua Amanayé pertenece a la familia tupí-guaraní, clasificada por el lingüista Aryon Rodrigues (1984), junto con las lenguas de los Turiwara y Anambé, grupos que habitan en la misma región. Hoy en día los Amanayé ya no utilizan su lengua materna debido al intenso contacto que, desde la década de 1940, favoreció casamientos con residentes blancos y negros de la región del río Capim, siendo estos últimos oriundos del antiguo quilombo de Badajoz.

A pesar de que la lengua no es más hablada, ella es recordada por los mas viejos y también por los jóvenes a través de la articulación de algunos términos nativos al portugués regional.

Historia del contacto

Los Amanayé fueron mencionados por primera vez en la región que es probablemente el área de origen de este pueblo tupí: el río Pindaré. Allí resistieron por mucho tiempo los intentos de confinarlos, hasta que en 175 hicieron un trato con el Padre David Fay, un misionero jesuita que vivía entre los Guajajara de la aldea de San Francisco de Carará. Fay "consiguió entablar relación con las Amanaios y que desciendan y se establezcan" junto a los Guajajara, sus enemigos tradicionales.

Poco después, una buena parte del grupo se trasladó pacíficamente al río Alpargatas, en la frontera del Maranhão con el Piauí, instalándose cerca de la aldea de Santo Antonio. En torno a 1815, había sólo 20 miembros restantes de este grupo, mezclados con negros. Otros Amanayé del Alpargatas continuaron su migración a través del río Parnaíba, alcanzando el río Piauí en 1763, no habiendo noticias de lo que les sucedió después.

En la segunda mitad del siglo XIX, los Amanayé de los ríos Pindaré y Gurupi se situaban en el área de influencia de las "Directorias Parciales”, donde fueron visitados por el viajero Gustavo Dodt. Las "Directorias Parciales" fueron creadas por la Regulación de 1845 y tenían como objetivo limitar los abusos cometidos por regatões [mercaderes que viajaban de barco]; en la práctica, sin embargo, esas administraciones locales aumentaron la sujeción de los indios, utilizados como mano de obra "dócil" y barata. Los asentamientos del "Directorio", debido a una administración caótica, tuvieron corta duración (hasta 1889).

¿Dónde están los Amanayé?

Los Amanayé están distribuidos en la región del curso medio del río Capim, donde se encuentran las Tierras Indígenas de Saraua y Barreirinha. El área tradicionalmente ocupado por estos indios se encuentra en el alto Capim, entre los arroyos Ararandeua y Surubiju, donde fue creado en 1945 la "Reserva Amanayé". Sin embargo, los Amanayé se encuentran fuera de esta zona.

Enclavados en territorio de los Tembé, los Amanayé estaban, durante ese período, divididos en tres aldeas, en la margen del río Caju-Apará, formador del río Gurupi; mucho menos numerosos que los Tembé, su población fue estimada entre 300 y 400 personas. Allí "tienen muchas relaciones con la población civilizada, a través de los regatões que los buscan en procura del aceite de copaiba, la corteza del clavo, la rama de abuta [Cissampelos pareira] y de algún breu [planta de la familia de las burseráceas] ".

En el mismo período, otros Amanayé son mencionados en el río Moju, donde también se encontraban indios Tembé que migraban en dirección al Pará. A partir de entonces no se tiene más información sobre los Amanayé de Maranhão. Instalados en la región de los ríos Moju y Capim, esos indios enfrentaron asentamientos compulsivos, extorsiones practicadas por regatões y conflictos con hacendados. Fueron confinados a la Misión Anauéra o São Fidelis, en el Capim. Debido a que eran considerados más "rebeldes", los misioneros les asignaron un lugar separado de los Tembé y los Turiwara.

En 1873, los Amanayé mataron al misionero de la aldea Cândido de Heremence, y a un ingeniero belga que transitaba por la región. Las represalias contra los indios llevaron a una parte del grupo a refugiarse en el arroyo Ararandeua, donde evitaban el contacto con gente de la región. Según Nimuendajú, esos Amanayé comenzaron entonces a identificarse como Turiwara o como Ararandeuara para disfrazar su identidad.

En cuanto a los Amanayé que permanecieron en la Misión, ellos pasaron a vivir bajo la administración de una Directoría Parcial de indios en el mismo lugar. Allí, continuaron aún en conflicto con los pueblos vecinos y, en 1880, los Amanayé mataron a un grupo de indios Turiwara y Tembé, considerados entre los "indios mansos" de esa zona. Este hecho llevó al Presidente de la provincia de Pará a proporcionar "armas y municiones para que esos indios mansos se puedan defender de los ataques de los Amanayé." Después de estos conflictos, se supone que los Amanayé se separaron definitivamente de los Tembé y los Turiwara, migrando hacia las cabeceras del río Capim. A partir de finales del siglo XIX, las noticias del grupo aparecen sólo a través de los registros de algunos antropólogos que visitaron la zona y a través de encuestas, también hechas rápidamente, del Servicio de Protección de los Indios (SPI).

A fines del siglo XIX, un pequeño grupo de indios Anambé y Amanayé, sobrevivientes de una epidemia en las aldeas del Arapari, se encontraba cerca de las últimas cascadas del río Tocantins. La mayor parte del grupo, sin embargo, habría permanecido en el río Capim, donde el inspector Luiz Horta Barbosa, poco después de la creación del SPI (en 1910), llevó a cabo una expedición. Él encontró a un grupo Amanayé liderado por una mulata llamado Damasia en el arroyo Ararandeua. Damasia habría asumido el liderazgo del grupo aún a fines del siglo XIX y es mencionada como representante del grupo hasta la década de 1930. En esa fecha, los Ararandeua y los Amanayé eran aproximadamente 300 personas, distribuidas en cuatro aldeas. En esa misma zona habría acontecido, en 1941, un ataque, según un documento del SPI: indios "Amanajas" todavía no “pacificados” de la región de los ríos Surubiju y Carandiru, habrían atacado indios del Capim; según los Anambé, los indios rebeldes habrían sido cerca de 200 y ya habría aparecido en el arroyo Pimental, afluente del río Gurupi. El documento comenta la necesidad de crear un Puesto Indígena en la región.

La creación de la Reserva Amanayé en 1945, se destinaba, supuestamente, a ese grupo de 200 Amanayé "no pacificados", cuyos remanentes constituyen probablemente la actual población indígena del alto Capim. En cuanto al grupo de Damasia, la última información data de 1942, mencionando 17 miembros restantes, dirigidos por el hijo de ella y "mayormente mestizos". En tal ocasión, esos Amanayé hicieron comentarios sobre el grupo rebelde del Garrafão, afluente izquierdo del Ararandeua.

Finalmente, los Amanayé instalados en la región del río Moju se identificaban como Ararandeuara, según Lange. Este viajante publicó, en 1914, la única descripción etnográfica existente sobre el pueblo Amanayé.

Nimuendajú, en 1926, encontró un grupo local con la misma auto-denominación, en la ciudad de Munduruku, próxima del Moju. Los indios del río Cairari, también visitados por Nimuendajú, en 1943, fueron identificados por él como Amanayé y Turiwara, pero habrían sido en realidad un subgrupo Anambé.

En la década de 1950 los Amanayé continuaban ocupando las márgenes del río Candiru-Açu, dentro de la Reserva. Allí fueron visitados por el sertanero João E. Carvalho, que trabajaba en ese tiempo en el Frente de Pacificación de los Urubu-Kaapor del SPI. En 1976, había por lo menos 10 miembros restantes del grupo dispersos en la Reserva, entre los ríos Surubiju y Ararandeua.

Modo de vida y demografía

Según Eneida Assis, las familias amanayé son nucleares y "quien manda en la casa es la mujer, mientras que el hombre se dedica a asuntos externos” (2002:66). La disposición espacial de las casas consiste en viviendas aisladas rodeadas de sus respectivas rozas, distribuidas en diferentes partes de la zona. Las casas son de adobe y cañas, con o sin yeso. La disposición interna varía según la familia, pero el centro de la vida doméstica acontece en la cocina, en torno al fogón de barro a leña. Es allí donde se reúne el grupo doméstico, mientras que los visitantes son recibidos en la sala. Al lado de la casa, por lo general, se encuentra el establecimiento donde se produce la harina, que también puede ser un lugar de reunión entre aquellos que están trabajando y los visitantes.

La mayoría de las mujeres se casan entre los 15 y los 18 años, y a esta edad tienen su primer hijo. La lactancia continúa hasta que el niño cumpla un año de edad, pero a partir del segundo mes son introducidas en la dieta las papillas de harina de mandioca y croeira.

La aldea de la Tierra indígena de Saraua consta de seis casas en las que viven 12 familias, con un total de 72 personas, que sumadas a las dos familias que viven y trabajan en la hacienda Tabatinga (fuera de los límites de la Tierra Indígena), totalizaban 87 personas Amanayé en el año 2002. La aldea tiene una escuela que está bajo la administración de la Prefectura de Ipixuna del Pará. Hasta la fecha, no hay información sobre la localidad de Barreirinha.

Actividades productivas

En la Tierra Indígena Saraua, los ríos, arroyos y lagos forman un "territorio de aguas", según expresión de Asís, pues constituyen espacios de trabajo y de descanso para la comunidad indígena. El bosque es igualmente importante, como fuente de alimento, medicinas y caza. El bosque talado es convertido en roza y es considerado una especie de extensión de la casa, donde cualquiera puede buscar alimentos sin peligro.

Los arroyos son lugares privilegiados para la caza, que existe de dos tipos: grande (como el tapir, el venado y el venado rojo) y pequeña (como la paca y el carpincho). También hay muchas aves apreciadas. Sin embargo, la explotación maderera ha ejercido un gran impacto en este esquema de producción, inclusive en la pesca, que es la principal fuente de alimento para los Amanayé, debido al debilitamiento de la corriente y la sedimentación en lagos y arroyos. La pesca se ha visto perjudicada por la intensa actividad de los pescadores de Santo Domingo del Capim.

Fuentes de información

  • BOGLAR, Luiz. The ethnographic legacy of eighteenth century hungarian travellers in Sout América. Acta Ethnographica Academiae Scientiarum Hungaricae, Budapest, n.4, p. 315-59, 1955.

 

  • DODT, Gustavo. Descrição dos rios Parnayba e Gurupi. São Paulo : Ed. Nacional, 1939. 233 p. (Brasiliana, 88)

 

  • GOMES, Jussara Vieira. Grupos indígenas Amanayé e Anambé do Pará : relatório. Boletim do Museu do Índio, Rio de Janeiro : Museu do Índio, n. 7, 72 p., dez. 1997.

 

  • LANGE, Algot. The lower Amazon. New York : s.ed., 1914.

 

  • LEITE, Serafim. História da Companhia de Jesus no Brasil. v. 3. Rio de Janeiro : Imprensa Nacional, 1943.

 

  • NIMUENDAJÚ, Curt. Vocabulário da língua geral do Brasil nos dialectos dos Manajué do rio Ararandéu, Tembé do Acará Pequeno e Turiwara do rio Acará Grande, estado do Pará. Zeitschrift für Ethnologie, Berlin : s.ed., n.46, p. 615-8, 1914.

 

  • --------; METRAUX, Alfred. The Amanayé. In: STEWARD, Julian (Ed.). Handbook of South American Indians. v. 3. New York : Cooper Square, 1963. p. 199-202.

 

  • SAMPAIO, Ribeiro de. Roteiro de viagem da cidade do Pará até as últimas colônias do domínio português no rio Amazonas e Negro. Notícias para a História e Geografia das Nações Ultramarinas, Lisboa : s.ed., v.1, n.4, 1812.