De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Egon Heck, 1980

Tsohom-dyapa

Autodenominación
Tyohom-dyapa
¿Donde están? ¿Cuántos son?
AM 38 (CTI, 2016)
Familia linguística
Katukina

Los Tsohom-dyapa viven en la región entre los ríos Jutaí y Jandiatuba en la Tierra Indígena del Valle del Javarí. A pesar de que se sabe muy poco sobre ellos, lo cierto es que hablan una lengua de la familia Katukina, muy parecida a las lenguas de los Kanamari y de los Katukina en el río Biá. El nombre Tsohom-dyapa se puede traducir como "gente-tucán", y es una auto-designación típica de los subgrupos kanamari. Todo lleva a creer que los Tsohom-dyapa son uno de los subgrupos que se mantuvo más lejos, habitando una región entre dos concentraciones de los Kanamari, en las partes altas de los ríos Jutaí e Itaqui, con los cuales mantienen contactos intermitentes.

A pesar de que los Tsohom-dyapa son considerados en estado de aislamiento por la Funai, parte de ellos han mantenido contacto con los Kanamari y, en ocasiones, con vecinos regionales.

 

Nombre

Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980
Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980

El nombre Tsohom-dyapa significa "gente-tucán" en la lengua kanamari. Tsohom significa "tucán" y -dyapa, una colectividad por lo general constituida por un grupo de familias extendidas. La palabra para "tucán" en kanamari varía dependiendo del dialecto del hablante. Así, por ejemplo, los Kanamari del alto Itaquaí se refieren a este pueblo bien como Tsohom-dyapa o bien, y con mayor frecuencia, como Tsohonwak-dyapa, que también significa "gente -tucán". Los Kanamari que hablan portugués se refieren a ellos simplemente como “tucano”, y es así como son conocidos por los indígenas de la región.

Además de las dos variantes antes señaladas, hay todavía otras grafías posibles, que pueden corresponder a diferencias entre los dialectos de las lenguas katukina y / o las diferentes formas de escribir las palabras "tucán" y "gente". Así, los lingüistas Francisco Queixalós y Zoraide dos Anjos (2007) prefieren escribir Tyohon dyapa, basándose, muy probablemente, en la pronunciación de los Katukina del río Biá. Algunas otras variaciones frecuentemente encontradas en la literatura incluyen: Txunhuân djapá (Melatti, 1981); Tukún Djapá o Tukano Djapá (Metraux, 1948).

Tsohom-dyapa es un nombre típicamente kanamari. Los Kanamari llaman a todos los hablantes de lenguas katukina - incluyendo a los Tsohom-dyapa – tukuna, un término que significa "gente". Sin embargo, los Kanamari se dividen en un sinnúmero de subgrupos, que reciben siempre el nombre de un animal seguido de la palabra -dyapa (a veces escrito djapa, djapá, dyapá, diapa, con o sin guión). Extienden esa clasificación a otros grupos de lengua katukina (y a veces a hablantes de otras lenguas) como los Katukina del río Biá, que los Kanamari llaman Pidah-dyapa, "gente-jaguar". Estas colectividades son a menudo consideradas "subgrupos" (Reesink 1993), aunque también han sido llamadas "clanes" (Tastevin, s/f), y representan grupos de familias extensas que viven bajo un mismo techo. La mayor parte de estos subgrupos mantiene algún contacto con los demás, vínculo que en el pasado pudo darse a través de rituales y que hoy está marcado por relaciones de matrimonio. Así, para los Kanamari, Tsohom-dyapa sólo serían uno más de estos subgrupos.

Aunque esta parece ser la visión de los Kanamari, no podemos decir con seguridad si es efectivamente así. Tampoco se puede saber con certeza si los Tsohom-dyapa se identifican de alguna manera con esa denominación, o si representa solamente una clasificación kanamari para una pequeña constelación de pueblos que hablan una lengua similar a la suya. Es posible, por ejemplo, que la gente conocida como Tsohom-dyapa se reconozca como un subgrupo -dyapa o, incluso, que se divida en más de un subgrupo de este tipo. Por otro lado, también es posible que, debido al aislamiento, los nombres -dyapa hayan caído en desuso entre ellos y que sólo puedan reconocerse como tukuna, "gente". Esto parece haber sucedido con los Katukina del río Biá, grupo que se mantiene más o menos distante de los Kanamari y para quienes los nombres con el añadido -dyapa parecen existir principalmente como indicadores de diferencias en el pasado, siendo más un recordatorio de un sistema social antiguo que una manera de establecer relaciones entre las comunidades en el presente (Deturche, 2007).

Así, el sistema social de los grupos katukina y kanamari presenta un abanico de posibilidades - de variaciones sobre ciertos temas recurrentes. Lo cierto es que Tsohom-dyapa es un nombre dado por los kanamari, y que se relaciona con la forma en que los Kanamari denominan las divisiones internas a la categoría de "gente" (tukuna), que también incluye a los llamados Tsohom-dyapa.

Lengua

Los Tsohom-dyapa y los Kanamari son los únicos pueblos en la Tierra Indígena del Valle del Javarí que hablan lenguas de la familia Katukina (Rivet, 1920). Los demás pueblos de esta región, incluyendo probablemente a los que se considera aislados o autónomos, hablan lenguas de la familia Pano.

Para tratar sobre la lengua Tsohom-dyapa, es necesario situarla en relación con las demás lenguas katukina, sobre las que hay cierta información y algunos estudios lingüísticos.

Estudios recientes sugieren que todas las lenguas de la familia Katukina todavía existentes, incluyendo las variaciones del kanamari y del katukina del río Biá, son dialectos de una misma lengua, que ha sido llamado simplemente "Katukina," o bien "Kanamari-Katukina" (Queixalós y dos Anjos, 2007). Estas lenguas serían hoy las únicas representantes de la familia Katukina, que otrora se expandió a lo largo de todo el río Juruá. 

Los Kanamari afirman que esta es la única lengua hablada por los Tsohom-dyapa, ya que ellos, a diferencia de la mayoría de los Kanamari, no tienen ningún conocimiento del idioma portugués.

Población y ubicación

Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980
Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980

En 1981, la población de los Tsohom-dyapa era estimada en 100 personas. Viven exclusivamente en el Valle del Javarí, área situada en el extremo oeste del Estado de Amazonas y habitada por varios pueblos indígenas, entre los que se cuentan los Kanamari, los Marubo, los Matis, los Matsés (también llamados Mayoruna), los Kulina-Pano y los Korubo. Todavía hay un gran número de pueblos considerados aislados por la Funai y los Tsohom-dyapa están incluidos en este caso, aun cuando hoy ellos (o parte de este grupo étnico) mantienen un contacto regular con los Kanamari, habitantes del río Jutaí , al este de la Tierra Indígena Valle del Javarí

Historial del contacto

Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980
Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980

El punto de la dispersión de los pueblos katukina es, sin duda, el valle del río Juruá, especialmente en su curso medio (Métraux, 1948; Rivet & Tastevin, 1921). La cuenca del río Juruá se ubica al sur de la cuenca del río Javarí, y los afluentes de los dos están separados por un interfluvio de tierra firme que, actualmente, está en la frontera de las Tierra Indígenas Valle del Javarí y Mawetek, esta última también habitada por los Kanamari. Los pueblos de lengua katukina que hoy viven en el Valle del Javarí ciertamente emigraron a esta región a inicios del siglo XX. Sin embargo, sus antepasados, que vivían en la orilla izquierda del río Juruá en su curso medio, conocían los altos cursos de ríos como el Itaquaí, el São Vicente (Valle del Javarí), el Jutaí y el Jandiatuba (que desembocan en el Solimões), donde cazaban y, a veces, moraban durante el período de la seca. Hay tres bloques de Kanamari en la Tierra Indígena Valle del Javarí: uno en la parte superior del Jutaí, compuesto por personas que están allá desde tiempos inmemoriales (Carvalho, 2002); otro en el Itaquaí, formado por personas que migraron, en su mayoría, del Juruá en la década de 1930 (Costa, 2007), y un bloque bastante al norte, en el curso medio del río Javarí, constituido por personas que migraron, desde el Itaquaí, en la década de 1950.

Poco se sabe sobre la historia del establecimiento de los Tsohom-dyapa en esta región, pero es probable que se hayan trasladado desde el Jutaí aproximadamente en 1912 (Tastevin, s/f). En el imaginario de los Kanamari, la cuenca del Jutaí es tradicionalmente la tierra de dos subgrupos: los Kotya-dyapa ("gente-nutria"), muchos de los cuales todavía viven allí, y los Tsohom-dyapa, que habrían emigrado hacia el norte y el oeste (Carvalho, 2002).

Los Tsohom-dyapa habitan la región del interfluvio del Jandiatuba y del Jutaí, sobre todo en las cercanías de las nacientes del río Curuena.

De acuerdo con Heck (1979), los Tsohom-dyapa vivían en un afluente del Jandiatuba (llamado Ahe Teknin). En 1920, aproximadamente, se produjo un conflicto interno que victimó al tuxawa [jefe] Txiwi y, debido a eso, parte del grupo bajo el liderazgo del hijo de Txiwi llegó a ocupar más intensamente las cabeceras del igarapé [brazo de río] Dávi. La otra parte del grupo, bajo la dirección de Aro e Iakuna, llegó a ocupar la región entre los ríos Curuena y Jutaí.

Según Coutinho Junior, se registraron entre 1950 y 1960 diversas relaciones de los Tsohom- dyapa con seringueiros [recolectores de caucho] y madereros, algunas de las cuales perduraron varios años. En los informes que se remontan a los años de 1950, seringueiros afirman que uno de los indígenas, tal vez el tuxawa, hablaba razonablemente bien la lengua portuguesa, que era comprendida en menor medida por las demás personas del grupo. Algunos moradores no indígenas contaron a miembros de la Opan (Operación Amazonía Nativa), a fines de la década de 1970 y comienzos de la siguiente, que muchos de estos encuentros eran amistosos. Los indios pedían sal, comerciaban carne de caza por herramientas de metal y comían tortugas y huevos en la casa de algún ribereño, a los cuales visitaban dos veces al año. Los indios no robaban nada cuando los ribereños estaban ausentes, pero a veces amenazaban para que éstos no se adentrasen solos en el bosque. Dos indios, entre ellos el tuxawa, habrían contraído gripe en una de esas veces y fallecido. Posteriormente, el grupo se habría retraído, por miedo al feitiço [brujería], y mudado hacia el igarapé Dávi y circulado también por la región de las cabeceras del igarapé Maloca, afluente izquierdo del alto río Jutaí (Coutinho Junior, 1998).

Hubo también muertes violentas. Un hombre recuerda que los indios mataron a tres recolectores de caucho, que trabajaban para un empleador en Jutaí; éste, a su vez, contrató a cuatro ribereños y a un Kanamari para una emboscada. Por la noche, los hombres habrían asaltado y matado a unos 120 indios. Ese Kanamari habría sido más tarde muerto por indígenas identificados como "Tucanos" (idem).

Un sacerdote que viajó por el Jutaí en 1977, afirma haber encontrado indios cerca del igarapé San Francisco. Era un grupo de "Tucanos" del río Dávi, formado por alrededor de 10 familias, que no usaban rifle, únicamente arco y flecha, y viajaban para conocer a los vecinos y, tal vez en el caso de los solteros, encontrar una esposa (Coutinho Junior, 1998 ).

Coutinho Junior (1998) señala en su informe que, en 1979, la población Tukano de la maloca [casa comunitaria] Tracoá, ubicada en la cabecera del Dávi, fue estimada en 10 familias, un total de 32 personas. Estos indios ocupaban la parte alta del igarapé Dávi y su afluente izquierdo, el igarapé Branco. En 1985, la Funai y el CIMI [Consejo Indio Misionero] sobrevolaron la región y localizaron tres malocas "tucano": una estaba ocupada, otra abandonada y la última quemada; también identificaron un campamento temporal y dos rozas. Se estimó una población de 40 personas.

El indigenista Sebastián Amâncio da Costa registró enfrentamientos violentos de ese grupo Tsohom-dyapa con otros pueblos autónomos, probablemente del Jutaí superior, que resultaron en muertes de ambos lados. Estos episodios habrían provocado cierto retraimiento geográfica de los ribereños y también de los Kanamari, Kulina y "Tucano" (Coutinho Junior, 1998). Un morador del Curuena afirma haber ido, en 1993, en compañía de los Kanamari de la aldea Queimado, a encontrar a los "Tucano", que serían alrededor de 80 personas. Dos años más tarde, otro morador identificó varios tapiris [cobertizos] entre los igarapés Urucubaca y Jacundá así como un atajo abierto por los "Tucano" entre el alto Curuena y el Lobo.

Los Kanamari cuentan que los "Tucano" consideran el alto Dávi como su territorio exclusivo y que también frecuentan las cabeceras del Curuena en busca de tacuara o de taboca [Guadua Weberbaueri, tipo de bambú] para sus flechas. Durante sus visitas periódicas a la aldea Queimado para participar en las fiestas o buscar bienes industriales, los "Tukano del Dávi" batían en las sapupemas [raíces tabulares] de los árboles como una forma de anunciar su presencia. Se quedaban cortos períodos y luego se marchaban nuevamente (Coutinho Junior, 1998).

Es, sin embargo, difícil determinar si se trata de las mismas personas que ahora identificamos como Tsohom-Dyapa.

Historial del aislamiento

Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980
Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980

Los Tsohom-dyapa son considerados "aislados" por la Funai y "autónomos" por el movimiento indígena local. Esto significa que en la actualidad no mantienen contacto regular con el órgano indigenista, situándose más o menos en las márgenes de las regiones cercanas, como el alto Jutaí y el alto Itaquaí, donde la Funai está presente. Sin embargo, esto no significa que ellos siempre se mantuvieran aislados. Es evidente que ellos participaban en la red de relaciones que existían entre los pueblos de lengua Katukina hasta los primeros años del siglo XX y que, con evidentes transformaciones, todavía existe.

Poco se sabe de su historia. Hay, sin embargo, pistas proporcionadas por los datos etnográficos recogidos por Constant Tastevin entre 1910 y 1920. Estas pistas complementadas con datos recopilados entre los Kanamari en los últimos quince años pueden iluminar algo de la historia de los Tsohom-dyapa y dejar entender, tal vez, las razones de su aislamiento tanto en relación con los caucheros y madereros, como en relación con los demás pueblos Katukina.

El análisis de varios documentos permite decir que los Tsohom-dyapa pasaron no sólo por uno, sino por lo menos por dos períodos de "aislamiento": el primero, en torno a 1912, los alejó de los (demás) Kanamari, pero no los aíslo por completo de una parte de los Kanamari que vivía (y vive) en el Jutaí; y el segundo, más reciente, es el que probablemente ocurrió en la década de 1970. Este último "aislamiento" escindió a los Tsohom-dyapa en dos grupos: uno de ellos se aisló por completo de los no-indios y de los Kanamari; mientras que el otro se acercó aún más a los Kanamari del Jutaí y, a través de ellos, a la población no indígena.

En un texto manuscrito, inédito y sin fecha (probablemente de finales de la década de 1920), Tastevin habla de un pueblo cuyo nombre está escrito Tiõwök dyapá y que " también se llama Tukano dyapá, cuando se traduce al portugués o al tupí su nombre totémico, que es el de tucán". Este autor sitúa a tal pueblo en la cuenca del Jutaí, anotando asimismo que ellos se establecen "más hacia el oeste y, sin duda, también al sur, en las aguas del Itewahy [Itaquaí?], un afluente del Jawary [Javarí], y del Yandiatuba [Jandiatuba], afluente del Amazonas [Solimões]".

Aunque no lo diga explícitamente, Tastevin no parece haber tenido contacto directo con estos "Tukano dyapá ". Toda la información obtenida parece haber venido de los Kanamari, que vivían en la cuenca del Jutaí que eran, en su mayoría, del subgrupo Kotya-dyapa ("gente-nutria"). Tastevin estuvo entre los Kotya-dyapa alrededor de 1920 y, por lo tanto, se puede suponer que la información obtenida sobre los "Tukano dyapá" datan, más o menos, de este período. De los Kotya-dyapa el autor oyó decir que los "Tukano dyapá" tienen la reputación de ser excelentes e intrépidos cazadores.

La región en la que los "Tukano-dyapá" vivía, se situaba un poco al oeste de la cuenca del Jutaí y estaba lejos del núcleo de otros subgrupos kanamari (incluso de los Kotya-dyapa). Según Tastevin, tal aislamiento se debe a su reputación de eximios cazadores:

En 1912, los Kuniba [probablemente un grupo de lengua arawak] del alto Jutaí habían masacrado al jefe [de los Kuniba] y a su esposa, y además raptado a cuatro niñas de raza blanca en la selva para convertirlas en sus esposas. Poco más de seis meses más tarde, ellos [los Kuniba] todavía esquivaban todas las búsquedas de la policía y de los propios seringueiros. El cuñado del fallecido tuvo la idea de pedir a los Tukano-dyapá ayuda para seguir sus pistas. Efectivamente, ellos [los Tukano-dyapá] llegaron a un lugar donde, dos días antes, los Kuniba había sido asesinados en una emboscada que les fue preparada por los Wady Paranim-dyapa [gente-mono cairara] a petición de los civilizados. Ellos [los Tukano-dyapá] seguían la caza por el olor y al menor indicio [que la caza dejaba] en las ramas de los árboles o sobre la tierra húmeda. Sus vecinos más cercanos hacia el norte deben haber sido los Tikuna, una tribu de lengua muy diferente, a pesar de que su nombre recordaba aquel de los Tokona [tukuna, "gente" en la lengua Kanamari-Katukina], y que ahora viven en la margen izquierda del Amazonas abajo del Javarí y en la derecha, encima [del Javarí] (Tastevin, s/f).

Esta parece ser la única referencia que Tastevin hace de un pueblo que tiene el mismo nombre que los Tsohom-dyapa actuales y que habita un área prácticamente idéntica. De hecho, todo lleva a creer que estos "Tukano dyapá" son los antepasados directos de los actuales Tsohom-dyapa. Aunque la pertenencia a un determinado subgrupo es más maleable de lo que supone Tastevin, de modo que, de ser posible, las personas mudan de subgrupo a lo largo de su vida, todos los etnógrafos de los Kanamari ya han señalado la impresionante similitud entre los datos recogidos por Tastevin acerca de los nombres y la localización de los subgrupos a inicios del siglo XX y la memoria de los propios Kanamari respecto de donde y con quien vivían en esa misma época. Lo que es evidente en esta comparación es la asociación consistente entre un territorio y un nombre a  lo largo de casi cien años, a pesar de que la historia cortó unas relaciones, instauró otras y diluyó la endogamia de los subgrupos.

Por otra parte, la historia relatada por Tastevin, probablemente parafraseada de un relato de los Kotya-dyapa, ofrece algunos datos interesantes. En primer lugar, permite establecer que, antes de 1912, los Tsohom-dyapa mantenían relaciones con los Kanamari, algunas probablemente con mayor intensidad (con los Kotya-dyapa) y otras más esporádicas (con los Wadyo Paranim-dyapa) y también con los seringueiros que vivían en el Jutaí. Eso indica, en segundo lugar, que los Tsohom-dyapa ya se habían establecido en la cuenca del Jutaí a inicios del siglo XX. De hecho, ellos son considerados por los Kanamari como un pueblo procedente de la cuenca del Jutaí, lo que sugiere que vivían allí hace mucho más tiempo (Carvalho, 2002). En tercer lugar, la cita deja claro que, a pesar de que las relaciones entre los Tsohom-dyapa y algunos seringueiros eran aparentemente amistosas, algunas otras relaciones entre indios y seringueiros en la región eran violentas. En cuarto lugar, el texto establece una fecha de gran relevancia con respecto al inicio del aislamiento de los Tsohom-dyapa: el año de 1912, final del período dorado del boom del caucho en la región (idem). Estos datos son claves valiosas para entender la historia de los Tsohom-dyapa, pues insertan la cuestión del aislamiento de los Tsohom-dyapa en un contexto mucho más complejo que la simple historia de Tastevin – sobre un grupo de indígenas que fue a cazar y nunca más volvió – permite entrever.

Según Carvalho (2002), ya en 1907, muchos de los Kanamari del Jutaí estaban concentrados en el seringal Restauración. Este seringal se extendía desde el igarapé Maloca (Mawetek, en Kanamari), afluente de la margen izquierda del río Juruá, hasta el río Juruazinho, un afluente del Jutaí. Gran parte de la mano de obra de este seringal estaba compuesta por los Kotya-dyapa, acompañados por algunos individuos Wadyo Paranim-dyapa y Tsohom-dyapa (ídem). Si, en un primer período, la convivencia en el seringal es recordada como positiva, pues vivían con un patrón que los protegía y les suplía de bienes, estos recuerdos no excluyen las fricciones que se derivaban de esta nueva relación y que eran de dos tipos. En primer lugar, la explotación del caucho en la región y la fuerte presencia de los caucheros en los ríos ocupados por los Kanamari causaron, evidentemente, tensiones entre indígenas e invasores, sobre todo cuando esta presencia implicaba cambios en el estilo de vida kanamari y, especialmente, en la dinámica de los subgrupos. El caso del pueblo llamado "Kuniba" en la historia de Tastevin es un ejemplo de esos fenómenos violentos que también surgen en los relatos kanamari sobre aquel período.

El segundo tipo de fricción se refiere al período en que los indios trabajaban en la extracción de la seringa. Fue un proceso progresivo de deterioro de las relaciones con los seringueiros y también con otros grupos kanamari. De hecho, los Kanamari tienden a explicar toda esa tensión como resultado de la intensificación de las relaciones entre los distintos subgrupos y del debilitamiento de las relaciones que existían antes de la llegada delos seringueiros. Fue durante este período que los subgrupos, que antes vivían en cuencas hidrográficas separadas, empezaron a vivir en las plantaciones de caucho, a realizar casamientos entre ellos, a fragmentarse y dispersarse. El resultado de todo eso fue que las personas que anteriormente sólo se encontraban en rituales (en los Hori) comenzaron a convivir. Así, una estructura que exigía el mantenimiento de grupos de parientes localizados y diferenciados comenzó a transformarse en una red de relaciones multi-locales, en la cual ya no se sabía más quién era pariente y con quien se debía vivir.

El resultado de estas relaciones ambivalentes fue la proliferación de acusaciones de brujería: personas que antes se consideraban socios rituales (-tawari) se acusaban mutuamente e, incluso aquellos que, no mucho antes, se consideraban parientes, también se distanciaban debido a la brujería. De esa forma, el período que comienza aproximadamente en 1912 llevó a muchos Kanamari a establecerse en regiones limítrofes del río Juruá en su curso medio. El caso más extremo de esta tendencia fue el de un grupo que llegó a trabajar en la plantación Restauración y que, creyéndose la víctima de brujería, descendió el Juruá hasta su desembocadura, atravesó el río Solimões y hoy vive en el río Japurá, que desemboca en la margen izquierda del Solimões (Tierras Indígenas Paraná del Paricá y Marãa/Urubaxi; Neves, 1996). Los Kanamari del Itaquaí, que fueron víctimas más tardías del boom del caucho, también llegaron aquí huyendo de conflictos similares, de ataques chamánicos que, desde mediados de la década de 1930, no cesaban.

Las relaciones con los recolectores de caucho y otros grupos kanamari tendían a conflictos chamánicos y guerra armada; por lo tanto, la separación de algunos subgrupos y el aislamiento de los otros se tornaron opciones no sólo viables, sino a veces deseables. En este sentido, los Kanamari tenían razón al decir que los Tsohom-dyapa eran un subgrupo kanamari, que participaba en la misma red de relaciones que ellos y que se aisló de los demás Kanamari a medida que aconteció la disolución y reformulación de estas redes.

Resta preguntarse, sin embargo, hasta qué punto los Tsohom-dyapa se mantuvieron, de hecho, aislados de los otros Kanamari y, especialmente, de los Kotya-dyapa, pueblo con el que compartían un origen común en la cuenca del Jutaí.

Antropólogos que trabajaron con los Kanamari del Jutaí, por otra parte, hacen hincapié sistemáticamente en contactos entre los Tsohom-dyapa y los Kotya-dyapa a lo largo de casi todo el siglo XX. Neves (1996), por ejemplo, habla del "ciclo nómade" de los Tsohom-dyapa, que los llevó, casi todos los años "a ‘sus parientes’ kanamari en la parte superior del Jutaí". Reesink (1993), a su vez, habla de una visita que los Tsohom-dyapa hicieron a la aldea Caraná de los Kanamari del Jutaí en 1984, cuando construyeron un gran "tapiri". Y, en el mismo período, Carvalho (2002) se refiere a la ida de algunos Tsohom-dyapa hacia la misma aldea para tratarse de tuberculosis.

A lo que todo indica, el contacto entre los Tsohom-dyapa y los Kanamari del Jutaí siempre aconteció, pero la dinámica de este contacto fue completamente alterada durante la segunda mitad del siglo XX. Si todos los Tsohom-dyapa se alejaron, en mayor o menor medida, de los Kanamari y de los no indígenas en 1912, una disputa interna entre los Tsohom-dyapa dio lugar a una división del grupo. Esta separación provocó que una parte de la población mantuviese contactos aún más intensos con los Kanamari del Jutaí y la otra cesase por completo los contactos esporádicos establecidos hasta la fecha, rompiendo así cualquier relación con los Kanamari y los no indígenas.

Según Reesink (1993), los Tsohom-dyapa se dividieron en dos grupos. No se sabe la fecha de esta escisión, pero el resultado fue el desplazamiento de una parte de la población hacia el sur y el este, junto a los Kanamari del Jutaí, y el aislamiento progresivo del resto de los Tsohom-dyapa, que se mantuvo en el mismo lugar o se desplazó hacia el norte y el oeste. El primer grupo vive hoy en las cabeceras del igarapé Branco, un afluente del igarapé Dávi que, a su vez, es un tributario del río Jutaí. El otro grupo, en cambio, se mantuvo en la región de las cabeceras del río Jandiatuba y, luego, se aisló más todavía en la región del río Curuena, afluente del Jandiatuba (Carvalho, 2002). Esto no significó el surgimiento de una nueva unidad -dyapa, ya que estos grupos constituyen "(...) una sola unidad conceptual casi exclusivamente endogámica" (Reesink 1993).

Es imposible saber hasta qué punto esta división podría haber tenido un giro, dando lugar a nuevas animosidades o terminado en la reconciliación de estas dos facciones. Ya que, en la década de 1980, una nueva ola de no-indios causó el alejamiento de los Tsohom-dyapa del Curuena-Jandiatuba respecto de aquellos del igarapé Branco y de los Kanamari del Jutaí. Esta vez fue la Petrobras - a través de la Compañía Brasilera de Geología (CBG) y de LASA Ingeniería y Prospecciones S.A. – la que se estableció en la zona en busca de petróleo, realizó constantes sobrevuelos de helicópteros e incursiones en las áreas de los Tsohom-dyapa, provocando que éstos se alejasen más aún de sus áreas tradicionales de caza y recolección (Neves, 1996; Labiak y Neves, 1985).

De acuerdo con Neves:

“[T]odos los grupos indígenas fueron impactados por la presencia de la Petrobras en el Juruá y regiones circundantes. [...]Violentados, sobre todo, por los equipos de prospección sísmica que en sus desplazamientos a través del bosque alcanzaba aldeas y áreas de ocupación de los diferentes grupos étnicos, los grupos locales recibieron el impacto de un inmenso aparato tecnológico que no imaginaban siquiera que existiese y que, al instalarse en sus áreas, trajo consigo un enorme movimiento de hombres [...]de todos los niveles funcionales dentro de la empresa "(Neves, 1996).

Nadie sabe cuál fue el impacto de la acción de la Petrobras sobre los Tsohom-dyapa que permanecieron aislados, ni tampoco se sabe el impacto que tuvo para ellos la demarcación de la Tierra Indígena del Valle del Javarí, donde viven actualmente. Como se puede notar, se sabe muy poco sobre los Tsohom-dyapa.

Viviendas

Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980
Tsohom Djapá, aldeia Caranã, Rio Jutaí, Terra Indígena Vale do Javari, Amazonas. Foto: Egon Heck, 1980

Todo indica que los Tsohom-dyapa, tal como hacían los Kanamari en el pasado (Costa, 2007; Tastevin, s/f), construyen refugios temporales alrededor de las malocas, que son vivienda más permanentes. Las malocas se situarían en las orillas de los pequeños igarapés de la región habitada por ellos. Aunque construyen malocas, los Tsohom-dyapa, así como tantos Kanamari, están siempre en movimiento, lo que llevó a Neves a caracterizar este modelo de movilidad a partir de un “ciclo nómade" (Neves, 1996). De acuerdo con Heck (1979), este pueblo puede ser considerado como prácticamente nómade.

No se puede especificar con certeza la ubicación de las malocas de los Tsohom-dyapa, ni saber con certeza si las malocas que fueron fotografiados en sobrevuelos por la región son las de ellos. Hay otro grupo aislado, de lengua Pano, que vive un poco más al oeste de la región de los Tsohom-dyapa, en la parte alta del igarapé San José y alrededores (Melatti, 1981). No se sabe hasta qué punto las áreas de estos grupos se superponen, ni el tipo de contacto que existe entre ellos. Por lo tanto, no se puede afirmar, sobre la base de los sobrevuelos y fotografías aéreas, si las malocas de esta región son de los Tsohom-dyapa o de este otro grupo pano. Hay indicios de que los Tsohom-dyapa deambulan por un área más amplia que la región de la cuenca del Jandiatuba, y algunos ya han sido vistos por los Kanamari en las orillas del curso superior del río Itaquaí en tiempos recientes (Costa, 2007) e incluso en tiempos más remotos (Tastevin, s/f).

Los tapiris de los Tsohom-dyapa son construidos con dos pares de palos inclinados a cierta distancia unos de los otros, como una "V" al revés, y otro palo por encima para ligar los dos vértices. La cobertura está hecha con hojas de paxiubão [Iriartea exorrhiza], paja, tagua, jaci o patauá [Oenocarpus bataua ou Jessenia bataua ] (Coutinho Junior, 1998).

Nota sobre las fuentes

No existe ningún trabajo académico, en ninguna área de conocimiento, que trate específicamente de los Tsohom-dyapa. Este artículo fue elaborado a partir de textos que hablan sobre todo de los Kanamari, y algunos que hablan de los grupos étnicos vecinos. Los textos utilizados en su elaboración son citados a lo largo del artículo y componen la bibliografía.

Fuentes de información

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  • Neves, Lino João de Oliveira. 137 Anos de Sempre: um Capítulo da História Kanamari do Contato. Dissertação de mestrado, Universidade Federal de Santa Catarina, 1996.

 

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  • Tastevin, Constant. Vocabulaire Katawixí et Marawa. Manuscritos dos Arquivos da Congregação do Santo Espírito, Chevilly-Larue, (s.d.).
  • Coutinho Junior, Walter. Relatório de Identificação e delimitação da Terra Indígena Vale do Javari. Funai, Brasília, 1998.